Odio
a la enfermedad.
Infinitamente.
El
universo no alcanza para contener todo mi desprecio.
Me
repugna.
La
odio con toda mi alma.
Con
todo mí ser.
Justo
como ella no sabe, ni sabrá hacer.
No
tiene la grandeza de la muerte
que a
todo lo fulmina instantáneamente.
No,
ella lo hace todo a medias tintas.
Entre
las cosas pérfidas del mundo,
es la reina de la mediocridad.
Es tibia,
plausible del vómito de Dios.
Es
insegura, medio pelo, indigna.
Duda,
zigzaguea, serpentea.
¡Alfeñique!
¡Pusilánime!
¡Rastrera!
Alejate
de ella,
ella
es toda luz.
Sos
tan mediocre,
ni
siquiera sabes elegir a tus víctimas.
Diego
Gallotti
11/4/18
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